DIARIO DE CADIZ / DIEZ RETOS PARA EL AVANCE EL FUTURO DE LA PROVINCIA DE CADIZ /
Mejores comunicaciones y encontrar el equilibrio entre el turismo y la industria se antojan fundamentales para el despegue
La sinergia entre las comarcas, muy necesaria
Cádiz o Sevilla: ¿Quién manda en el narcotráfico del Guadalquivir?
Cuando faltan unos meses para que se corte la cinta y el segundo cuarto del siglo XXI quede inaugurado, la provincia de Cádiz se enfrenta a un puñado de retos que deben confirmar su despegue definitivo. “La provincia de Cádiz no tiene potencial, tiene potencia”, suele decir Javier Sánchez Rojas, ex presidente de la Confederación de Empresas de Cádiz y aún presidente de la Cámara de Comercio de Jerez. Su idea está cimentada en la complejidad de un territorio muy completo que aúna riquezas en sectores varios, del turismo a la industria. A continuación desgranamos un decálogo que se antoja decisivo para elevar la competitivad gaditana.
El turismo. En busca de un difícil equilibrio
El turismo es la pata más gruesa de la economía gaditana actualmente. Son muchas las localidades que viven prácticamente del sector servicios y, más allá de la creciente turistificación o las limitaciones a las VFT, parece evidente que para crecer la provincia se apoyará en sus visitantes.
En 2024, Cádiz recibió más de 6,3 millones de turistas, lo que representa un incremento del 8,2% respecto al año anterior. Esta cifra la posiciona como el segundo destino más visitado de Andalucía tras Málaga. Además, se registraron más de 8,4 millones de pernoctaciones hoteleras, la cifra más alta de la última década. Destaca también el crecimiento del turismo internacional, con un aumento del 4,8% en el número de visitantes extranjeros alojados en hoteles, superando los 930.000.
En cuanto al gasto, los turistas en Cádiz lideraron en Andalucía con un gasto medio diario de 92,2 euros y una estancia media de 6,6 días.
Estos datos reflejan una consolidación del turismo en la provincia, impulsado por una estrategia orientada hacia la calidad de la oferta. Localidades como Chiclana están a la cabeza en cuanto a destinos preferidos, y la construcción de nuevos complejos hoteleros refrenda la idea de que Cádiz está de moda y hay que aprovechar el viento a favor para desplegar las alas y tomar altura para algunas premisas incuestionables: la sostenibilidad y la calidad de la experiencia turística.
Industria. pasado, presente ¿y futuro?
Echando la vista atrás, Cádiz fue abanderada de industrias tan señeras como la naval o la aeronáutica, que desplegaron sus alas en la provincia. Sin embargo, los cierres de grandes empresas como Delphi o la marcha encubierta de Airbus Puerto Real han sido golpes duros. No obstante, el futuro se presenta con mejor cara. Los astilleros de la Bahía se han reinventado: Cádiz apuesta por la reparación de cruceros, San Fernando por los buques militares y Puerto Real está centrado en la construcción de gigantescas estructuras para energías renovables marinas y la reparación de grandes buques.
De cara al futuro, la próxima entrada en funcionamiento (al fin) del Centro de Fabricación Avanzada debe ser un punto de apoyo en la Bahía. Y todo esto sin olvidar la pujanza del polo industrial de la Bahía de Algeciras, donde se sitúan empresas tan potentes como Acerinox (Los Barrios), la refinería de Cepsa de San Roque o la actividad que genera el puerto de Algeciras, el primero de España en volumen de tráfico total y uno de los más importantes del Mediterráneo.
De cara al futuro, la provincia necesita que lleguen más industrias grandes y planes gubernamentales capaces de reducir uno de sus males endémicos: el desempleo.
Comunicaciones. Más y mejores carreteras
Si hay un punto donde flaquea la provincia es en sus comunicaciones. A los continuos retrasos en los servicios ferroviarios se une el déficit de autovías y autopistas. La AP-4 se ha quedado pequeña y cada vez son más frecuentes los atascos. Necesita un tercer carril en cada sentido pero que llegue hasta la Bahía. Además, el desdoble de la N-IV se paró y nada se sabe del que debía llevar la N-340 hasta Algeciras. Si a esto se le suman los peajes de la AP-7 que unen Cádiz con la Costa del Sol, el panorama es desolador. Podríamos decir que mejorar la red viaria debería ser prioritario para las administraciones si quieren que Cádiz prospere.
Otro punto controvertido es la conexión ferroviaria Algeciras-Bobadilla, de un enorme valor estratégico para toda la provincia. Mientras que el puerto de Valencia tiene hasta cinco conexiones por tren, Algeciras todavía anda mendigando poder llegar hasta la provincia de Málaga para conectar con el interior peninsular.
Vivienda. Poca oferta, mucha demanda
El problema de la vivienda, sobre todo en las zonas costeras, es común al de otras provincias. Los alquileres vacacionales han elevado los precios y cada vez resulta más complicado conseguir uno para los 12 meses. Localidades como Chiclana cuatriplican su población en verano, pero es que Zahara de los Atunes la multiplica por 30.
Así las cosas, además de prohibiciones municipales para poner coto a las VFT, no estaría de más que las empresas municipales de vivienda apostaran por promociones más asequibles a los jóvenes. Lo contrario abocará a ciudades como la capital de la provincia a una pérdida de población paulatina.
Sanidad. El hospital nuevo, ¿para cuándo?
La sanidad es otro aspecto fundamental en el futuro de Cádiz. El nuevo hospital, prometido hace dos décadas, sigue sin concretarse. Mucha palabrería y mucha foto en el solar pero ni una piedra. Encima, este verano el cierre del área quirúrgica de San Carlos agravará aún más la saturación del Puerta del Mar. Otras comarcas, como el Campo de Gibraltar, también necesitan reformas urgentes en sus centros sanitarios, por no hablar de los recurrentes colapsos que sufren las urgencias del hospital de Jerez.
Seguridad. Una provincia segura pese al narco
Cádiz es, en líneas generales, una provincia segura. Pero no se puede ocultar que sufre la violencia del narcotráfico. El Bajo Guadalquivir, el Campo de Gibraltar y las playas de La Janda son territorio comanche. Muchos clanes se han asentado y asociado con cárteles colombianos, lo que ha aumentado la peligrosidad, sobre todo para los agentes de los cuerpos de seguridad del Estado.
Para que la provincia sea aún más segura sería necesario aumentar y completar los catálogos de Guardia Civil y Policía Nacional en las zonas más complicadas. Dotar de medios materiales y humanos a unidades como el Servicio Marítimo de la Guardia Civil se antojan esenciales para poder hacer frente al fenómeno del narcotráfico, del que se surten otros como el petaqueo, muy de moda en zonas como el caño de Sancti Petri o el Guadalete.
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