martes, 1 de octubre de 2013

DEL TRABAJO AL TRABAJO

IDEAL.ES


Cada vez más jóvenes optan por compatibilizar varios empleos a tiempo parcial, los llamados 'minijobs'


Del trabajo al trabajo
Michel en la tienda de deportes donde trabaja 20 horas semanales como dependiente. :: M. R. C.
Michel Pedrero Rubio tiene 28 años y es diplomado en Magisterio de Educación Física. Cada mañana, sobre las 10, marcha a la Universidad de Granada, donde trabaja durante 15 horas semanales como ayudante del Vicedecano de Grado y Posgrado. Por este empleo cobra algo más de 300 euros mensuales. Después vuelve a casa para comer, pero rápido, ya que también trabaja por las tardes, en este caso, en una cadena comercial de equipamiento deportivo. En este contrato figuran 20 horas semanales a cambio de un salario que ronda los 500 euros al mes. «Tener dos trabajos ahora mismo me supone un gran alivio, ya que puedo contar con unos 800 euros mensuales que en Granada dan hasta para ahorrar algo», afirma el joven.
Laura Parrizas tiene 23 años. Estudió Educación Social y un máster en Estudios e Intervención Social en Inmigrantes. Y al igual que Pedrero compagina dos trabajos de pocas horas: 10 semanales en una cadena de pizzerías y 15 horas como camarera en una empresa de catering. Por el primer empleo percibe 138 euros y por el segundo algo más, 300. Pero a esta joven, tener dos trabajos le ayuda a costear parte de sus estudios y también a tener un poco de independencia y «no ser una mantenida», sentencia Parrizas.
Estos son dos ejemplos de los muchos jóvenes granadinos que, cada vez más, optan por contar con varios trabajos de pocas horas a la semana. Son los conocidos como 'minijobs', empleos que rondan las 15 horas semanales y por los que se percibe en torno a los 400 euros cada mes. Una modalidad contractual implantada en Alemania y que ya ha empezado a asentarse en nuestro país, aunque en España se estila más la opción de los trabajos a tiempo parcial que en muchas ocasiones superan las 15 horas semanales, como en el caso de Pedrero. Algo que resulta muy común a ojos del secretario de Empleo y Relaciones Laborales de UGT Granada, Emilio del Pino: «En España, actualmente es imposible que apliquen los 'minijobs' tal y como establece el modelo germano, entre otras causas porque el empresario no respeta los horarios. Los jóvenes con contratos de dos o tres horas acaban alargando su jornada laboral porque no hay una cultura por parte de los empresarios de respeto hacia el horario determinado, frente a lo que sí sucede en Alemania».
En Granada, según los sindicatos, uno de cada cuatro jóvenes con empleo cuenta con algún trabajo de este tipo. Asimismo, los datos reflejan que un total de 11.500 menores de 30 años que se encuentran en paro son posibles candidatos a uno de estos 'minijobs'. Eso sí, la mayoría de los jóvenes coinciden en señalar que no se toman estos 'minitrabajos' como un empleo permanente, sino como un enlace para cosechar otros logros futuros. Es el caso de Pedrero que ve en este tipo de empleos una oportunidad puntual para poder en el futuro buscarse la vida en el extranjero: «Mi idea es que con estos dos trabajos pueda conseguir dinero para irme fuera porque en España ya no tengo esperanza de encontrar algo más, sobre todo porque no lo hay».
Como revelan los datos facilitados por Del Pino, desde que comenzase la crisis en 2008, los puestos de trabajo a jornada completa se han reducido en Granada en un 22%. En cambio, en este mismo periodo, los contratos parciales han aumentado en la ciudad nazarí un 12,4%. En total, según datos del sindicato, son 775 los granadinos empleados una media de 15 o 20 horas semanales por un salario que ronda los 400 euros al mes, sobre todo en los negocios de hostelería y comercio, los dos sectores con más trabajadores a tiempo parcial en la capital.
«Los 'minijobs' son pan para hoy y hambre para mañana, porque lo único que se consigue es destruir empleo estable en favor del empleo precario», afirma Del Pino, quien asegura que con estos 'minitrabajos' el empleado corre el riesgo de no obtener una jubilación digna en el futuro, además de que puede ser «una potencial fuente de exclusión social en determinados segmentos de la población».
La cara B
Para Pedrero, la cotización que se realiza gracias a estos 'minijobs' no es la idónea a largo plazo, pero «sirve para algo, que es mejor que nada». En la misma línea se muestra Parriza, que cree que la cotización debería ser mayor aunque tal y como está la cosa «hay que conformarse». Y es que este es uno de los principales escollos que encuentran los trabajadores en estos empleos a tiempo parcial de cara al futuro. Pero si algo es fatal para éstos es la obligación que encuentran en muchos de estos trabajos de no estar dados de alta, lo que supone no cotizar a la Seguridad Social con las repercusiones futuras que esto conlleva.
Este es el caso de un joven granadino, del que se reserva su identidad por motivos obvios. Este cuenta con dos empleos y en ninguno está dado de alta. Compagina su labor como responsable de redes sociales para empresas con su trabajo como camarero en un restaurante. En los dos empleos supera las 15 horas semanales de un 'minijob'.
«Yo trabajo para poder costearme los estudios y también para encontrar una oportunidad en el mundo de la comunicación, a pesar de que para ello tenga que hacerlo sin estar dado de alta». Así de rotundo se muestra este joven al que no le queda otra que aceptar esta opción «porque sino lo hago yo, lo hará otro y perderé ese dinero».
A pesar de la ilegalidad que esto supone, la realidad es que son muchos los que tienen que escoger esta opción «antes que no tener nada», sentencia este trabajador, para quien el futuro no vale, «a pesar de que en la restauración he aprendido una profesión», sino que lo importante es poder pagar sus estudios y su estancia en la capital, aunque por ello renuncie a cotizar. En casi una década de trabajo solo ha cotizado alrededor de un año.
Los 'minijobs': ¿Una bendición para el presente? o ¿un lastre para el futuro? A pesar de las opiniones lo que parece seguro es que a España ya han llegado estos empleos. ¿Para quedarse?

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