viernes, 3 de septiembre de 2021

Una familia lleva 45 días viviendo en un bar de Cádiz por no dormir en la calle DIARIO DE CADIZ

  • Los tres gaditanos, los tres enfermos, se han visto obligados a refugiarse en el establecimiento que alquilaron por falta de vivienda

  • Venimos luchando por una casa desde que el niño tenía cuatro años, y ya tiene veintidós”, dicen desesperados

La madre de esta familia recoge las sabanas y la colcha en las que duermen, sin colchón, sobre el suelo del bar.

La madre de esta familia recoge las sabanas y la colcha en las que duermen, sin colchón, sobre el suelo del bar. LOURDES DE VICENTE

 

Mientras el alcalde de Cádiz y su concejal de Hacienda anunciaban ayer un ambicioso “plan de expansión para sacar a la ciudad de la ruina económica” gracias a “unos presupuestos que, por primera vez, serán expansivos en 2022” (ya saben, elecciones municipales en 2023), Joaquín y Ana (los nombres son ficticios) se preparan para abrir un bar cercano a la barriada de Guillén Moreno. Pero el bar de Joaquín y Ana no saldrá en el apartado de estrenos gastronómicos de este periódico ni en la de ningún otro, sino en esta crónica de un Cádiz en blanco y negro que persiste en el año 21 de este siglo XXI, y desde hace décadas, en muchos barrios y barriadas de esta ciudad.

Porque Joaquín y Ana van a abrir este bar –gafado y hundido cien veces– en legítima defensa frente al último mazazo de precariedad y miseria que les ha pegado la vida. Ayer por la tarde tenían previsto levantar la baraja del local (el nombre es lo de menos) para no tener que dormir en la calle o en el banco de una plazoleta, rodeados por los restos de un naufragio vital a caballo entre dos siglos. Porque ayer, Joaquín y Ana –que entre los dos se reparten más de cien años de edad– y su hijo veinteañero llevaban 45 días con sus respectivas noches viviendo en el negocio que les debía de dar para comer y para pagar una vivienda digna. O abren o se van. No les queda otra.

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