IDEAL.ES
"EL VALLE DEL HIJO DEL SIERVO DE ALÁ"
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Vélez de Benaudalla ofrece al turista y visitante un amplio abanico de posibilidades para disfrutar con los cinco sentidos

Vélez de Benaudalla encuentra el origen de su nombre en la
época árabe en la que se denominaba ‘Ballis Banu Abd-Allah’, que
significa ‘Valle del Hijo del Siervo de Alá’. Su pasado árabe deja ver
en su parte más antigua un entramado de calles angostas y estrechas con
algunos adarves, placetas y callejones que transmiten el sabor
inconfundible de Al-Ándalus. Un total de 2.300 hectáreas de la
impresionante Sierra de Lújar pertenecen a este municipio que posee
también la Casería de la Gorgoracha y el recóndito y no muy cercano
anejo de Lagos.
El legado monumental de Vélez de Benaudalla es también un espejo de su origen. Así, entre sus obras más destacadas se encuentra el Castillo de los Ulloa, situado en lo alto de un promontorio rocoso que ofrece unas vistas esplendidas del pueblo y que desde hace unos años acoge, tras ser restaurado, el Centro de Interpretación del Patrimonio Local; la iglesia consagrada a Nuestra Señora del Rosario, obra de Ventura Rodríguez y donde encontramos pinturas de gran belleza, entre las que destaca una Inmaculada atribuida a Pedro Atanasio Bocanegra; el Nacimiento y el Jardín Nazarí.
El Jardín Nazarí, conocido también como Jardín de los
Sentidos, cuenta con un valor histórico destacable y es considerado el
segundo más importante después del Generalife. Este lugar, restaurado y
embellecido hace pocos años por la Diputación, es una finca de recreo y
de explotación agrícola, dotada de los elementos esenciales para cubrir
las necesidades utilitarias de los que allí vivían además de contribuir
al disfrute de los sentidos, ya que este tipo de jardines fueron
diseñados para aportarles tanto a hombres como a mujeres cinco grandes
beneficios: espiritual, estético, psicológico, científico y alimenticio.
Un elemento característico del Jardín Nazarí es el jardín vertical situado en el tajo. Su atractivo radica en el relieve de formas singulares que se ha originado debido a la lenta y prolongada sedimentación de cal a lo largo de los siglos. En él se pueden visitar a través de unas empinadas escaleras diferentes cavidades a modo de cuevas con formaciones de estalactitas y estalagmitas. El municipio de Vélez de Benaudalla linda con los términos municipales de Ízbor, Lanjarón, Órgiva, Motril, Salobreña, Lújar y Los Guájares.
Vélez de Benaudalla posee también un entorno natural repleto de atractivos ideales para practicar todo tipo de deportes al aire libre. Desde senderismo por las antiguas minas de la Sierra de Lújar y otras zonas, rutas a caballo o en bicicleta por parajes singulares como la Cámara del Agua, Las Torcas o La Haza del Señor; actividades acuáticas en el Río Guadalfeo; hasta escalada para gente experta en el majestuoso e impresionante Tajo de los Vados. También dispone este municipio de un área recreativa en uno de los márgenes del Río Guadalfeo conocida como La Explanación, y de un Museo del Aceite. El agua potable de este pueblo es también estupenda.
El agua es un elemento que acompaña en toda su visita. Prueba de ello es el Paseo del Nacimiento; un hermoso camino rodeado de vegetación donde se localizan tres manantiales cuyas aguas son conducidas por todo el municipio a través de sus acequias de regadío hasta llegar al Jardín Nazarí y desde este lugar en forma de cascada desembocar el sobrante en el Río Guadalfeo.
Los platos tradicionales de Vélez de Benaudalla basan su composición en los productos típicos que hay en la zona (agricultura, ganadería y caza). Delicias como el puchero de hinojos, el remojón, la salamandrota, el choto al ajillo, los asados, la calabaza frita, las migas o el arroz con caracoles son algunos de los platos típicos que se pueden encontrar en este pueblo granadino.
Vélez de Benaudalla posee un ramillete de bares y restaurantes muy importantes y dignos de visitar. Algunos de ellos se encuentran junto a la carretera que linda con el Río Guadalfeo. Este municipio también posee una miel riquísima y lugares para adquirir los mejores productos alimenticios. Pero lo que realmente le ha dado fama en España entera a Vélez de Benaudalla han sido sus famosos pestiños y su repostería morisca. Su receta conserva los ingredientes y la forma de elaboración de antaño.
Las citas festivas más importantes son las fiestas dedicadas al patrón San Antonio de Padua a mediados de junio. En estas fiestas hay que destacar la representación de ‘Moros y Cristianos’. Otros festejos son los carnavales, el Festival Misionero organizado por el ‘santo’ Paco ‘El misionero’, y la Expo-Nazarí.
Vélez de Benaudalla dispone de muchos atractivos. Las luces y las sombras dibujan su entramado urbano presidido en las alturas por su castillo. Antiguamente la mayoría de los molinos de la Alpujarra y de otras zonas utilizaban piedras para la molienda de las canteras de Vélez de Benaudalla. Muchísimos pueblos también las utilizaron para construir fuentes y pilares, entre otras cosas.
Este municipio es famoso también por su aceite de oliva y por sus fincas de labranza y productos del campo, posee recursos turísticos y culturales de gran calidad que hacen que las visitas sean inolvidables. Pueblo, agua, historia, cultura, arte y leyendas se funden en este municipio que ha sabido mantener el encanto de otra época a través del tiempo. Vélez de Benaudalla ofrece al turista y visitante un amplio abanico de posibilidades para disfrutar con los cinco sentidos.
El legado monumental de Vélez de Benaudalla es también un espejo de su origen. Así, entre sus obras más destacadas se encuentra el Castillo de los Ulloa, situado en lo alto de un promontorio rocoso que ofrece unas vistas esplendidas del pueblo y que desde hace unos años acoge, tras ser restaurado, el Centro de Interpretación del Patrimonio Local; la iglesia consagrada a Nuestra Señora del Rosario, obra de Ventura Rodríguez y donde encontramos pinturas de gran belleza, entre las que destaca una Inmaculada atribuida a Pedro Atanasio Bocanegra; el Nacimiento y el Jardín Nazarí.
Un elemento característico del Jardín Nazarí es el jardín vertical situado en el tajo. Su atractivo radica en el relieve de formas singulares que se ha originado debido a la lenta y prolongada sedimentación de cal a lo largo de los siglos. En él se pueden visitar a través de unas empinadas escaleras diferentes cavidades a modo de cuevas con formaciones de estalactitas y estalagmitas. El municipio de Vélez de Benaudalla linda con los términos municipales de Ízbor, Lanjarón, Órgiva, Motril, Salobreña, Lújar y Los Guájares.
Vélez de Benaudalla posee también un entorno natural repleto de atractivos ideales para practicar todo tipo de deportes al aire libre. Desde senderismo por las antiguas minas de la Sierra de Lújar y otras zonas, rutas a caballo o en bicicleta por parajes singulares como la Cámara del Agua, Las Torcas o La Haza del Señor; actividades acuáticas en el Río Guadalfeo; hasta escalada para gente experta en el majestuoso e impresionante Tajo de los Vados. También dispone este municipio de un área recreativa en uno de los márgenes del Río Guadalfeo conocida como La Explanación, y de un Museo del Aceite. El agua potable de este pueblo es también estupenda.
El agua es un elemento que acompaña en toda su visita. Prueba de ello es el Paseo del Nacimiento; un hermoso camino rodeado de vegetación donde se localizan tres manantiales cuyas aguas son conducidas por todo el municipio a través de sus acequias de regadío hasta llegar al Jardín Nazarí y desde este lugar en forma de cascada desembocar el sobrante en el Río Guadalfeo.
Los platos tradicionales de Vélez de Benaudalla basan su composición en los productos típicos que hay en la zona (agricultura, ganadería y caza). Delicias como el puchero de hinojos, el remojón, la salamandrota, el choto al ajillo, los asados, la calabaza frita, las migas o el arroz con caracoles son algunos de los platos típicos que se pueden encontrar en este pueblo granadino.
Vélez de Benaudalla posee un ramillete de bares y restaurantes muy importantes y dignos de visitar. Algunos de ellos se encuentran junto a la carretera que linda con el Río Guadalfeo. Este municipio también posee una miel riquísima y lugares para adquirir los mejores productos alimenticios. Pero lo que realmente le ha dado fama en España entera a Vélez de Benaudalla han sido sus famosos pestiños y su repostería morisca. Su receta conserva los ingredientes y la forma de elaboración de antaño.
Las citas festivas más importantes son las fiestas dedicadas al patrón San Antonio de Padua a mediados de junio. En estas fiestas hay que destacar la representación de ‘Moros y Cristianos’. Otros festejos son los carnavales, el Festival Misionero organizado por el ‘santo’ Paco ‘El misionero’, y la Expo-Nazarí.
Vélez de Benaudalla dispone de muchos atractivos. Las luces y las sombras dibujan su entramado urbano presidido en las alturas por su castillo. Antiguamente la mayoría de los molinos de la Alpujarra y de otras zonas utilizaban piedras para la molienda de las canteras de Vélez de Benaudalla. Muchísimos pueblos también las utilizaron para construir fuentes y pilares, entre otras cosas.
Este municipio es famoso también por su aceite de oliva y por sus fincas de labranza y productos del campo, posee recursos turísticos y culturales de gran calidad que hacen que las visitas sean inolvidables. Pueblo, agua, historia, cultura, arte y leyendas se funden en este municipio que ha sabido mantener el encanto de otra época a través del tiempo. Vélez de Benaudalla ofrece al turista y visitante un amplio abanico de posibilidades para disfrutar con los cinco sentidos.
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